lunes, 9 de agosto de 2010

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Por fin el primer día de instituto, lleva preparándome para este momento desde hace 3 largos meses. Olía a césped recién cortado y al aroma de colonias de todo tipo, florales, fuertes suaves, de frutas…Ser nueva estaba bien, nadie te conocía, era una oportunidad para ser realmente quien quieres ser, sin ataduras ni complejos, aunque todo el mundo te iba a mirar como si tuvieses un estúpido cartel en la frente “la nueva”. Asique podía sacarle el máximo partido a eso de ser nueva, tenía más o menos planeado todo lo que iba a hacer durante aquel primer día, saqué mi cuaderno de la bandolera. Vamos a ver…Ajá 14 de septiembre, ir a secretaría a preguntar cuál era mi taquilla y a que me dieran el horario de las clases, después ir a dicha taquilla a dejar los libros y darle un toquecillo de mi personalidad a ese pequeño hueco de metal. Mientras hacía un tic a la primera tarea vi como alguien me ponía el pie para que tropezara, lo esquivé sin apenas dirigir una mirada al dueño de las zapatillas azules que habían intentado que tropezara.
-Pues si que tiene reflejos la nueva…-la voz de un chico inmaduro susurro eso a otro, imbéciles.
Sí, tengo reflejos y mejores que los de un grupo de niñatos estúpidos, esa clase de gente me sacaba de mis casillas, hacía que saltase a la mínima, pero hoy no, hoy me iba a comportar como una chica de 16 años normal y no me iba a meter en líos a la primera de cambios, muchas gamberradas peores me esperaban y no iba a ponerme hecha una furia por una tontería de parvulitos. No sabía cómo llegar a la secretaría así que tuve que preguntar al primer chico que se me cruzó, le di un toquecito en el hombro para que se volviera.
-Perdona, ¿Podrías indicarme dónde se encuentra la secretaría?- hable con un tono neutro pero con una amble sonrisa decorando mi cara. El chico era castaño, con una cresta poco engominada, de ojos grises verdosos y de sonrisa radiante, era media cabeza más alto que yo, al menos media cabeza.
-Claro-me sonrió- te acompaño, estos pasillos son un laberinto para una novata.
Mierda, ya se había dado cuenta de que era nueva. Bueno al fin y al cabo era la única que llevaba el uniforme tal y como dictaban las normas, no me gustaban los uniformes y tener que llevarlos mucho menos, pero era un internado de lujo, y yo con una beca por mis notazas…
-¿Cómo te llamas?-me preguntó mientras sonreía a un par de chicas que se habían “tropezado” con él. Que infantiles…Se fueron sonrojadas y riéndose como tontas.
-Elisabeth Singht, ¿y tú?
-Jeremy Williams a su servicio señorita Singht-hizo una pequeña reverencia mientras se reía, se me escapó una pequeña carcajada. Él se puso de nuevo serio , sonreía todo el que pasaba, me sentía observada por ir al lado de al parecer uno de los chicos populares del instituto. Se detuvo ante una puerta que tenía colgada un letrero en el cual se podía leer “secretaría”. Miré a mi izquierda y ahí seguía él mirándome.
-Muchas gracias por traerme- le sonreí. El hizo otra reverencia.
-Un placer señorita Singht- me cogió la mano, la besó y se fue por el pasillo lleno de muchedumbre. Abrí la puerta, una señora de edad avanzada estaba detrás de un escritorio, revisando una pila de papeles. Me acerqué a ella.
-¿Perdone, me podría decir cuál es mi taquilla? Verá soy nueva y no me han informado de cual es ni cuál es la combinación de la dicha- la señora me miró un poco extrañada, yo la sonreí.
-Usted debe de ser Elisabeth Singht, ¿me equivoco?- negué con la cabeza, ella se puso a rebuscar en un cajón y me tendió un folio con un clip que enganchaba un pequeño trozo de papel doblado- ese es su horario y la combinación del candado.
-Gracias- me dirigí hacia la puerta, antes de cerrarla dije- que pase un buen día- la señora me siguió con la mirada a través de la parte de cristal de la puerta, pude ver como sonreía.

sábado, 7 de agosto de 2010

Hola mundooo !

Bueno gente, pues he decidido crear este blog con el fin de escribir otra historia, va a tratar sobre vampiros y esas cosas asique espero que os guste :)